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la lola

Una tarde lluviosa

Una tarde lluviosa Una densa cabellera negra hacía destellar la blancura de aquel cuerpo que yacía inerte en medio de la pieza; los espectadores de la escena perdían de vista la sombra marrón que lo situaba en otro plano al fijarla en las líneas magistralmente dibujadas de su silueta. Todavía repiqueteaban las gotas de lluvia en los cristales, el viento los zarandeaba inquietante, el olor a libros de las paredes tapizadas de ellos se combinaba ahora con el de la emanación de sangre. El ambiente estacionario se había apoderado de todo cuanto persistía en la escena, sólo en seguida de vencer el estupor se percataron de la copa y el pastillero vacío sobre el borde del ventanal. Después de haber realizado todas las medidas pertinentes procedieron a mover el cadáver, al darle la vuelta y ver su expresión se disiparon las dudas, le habían arrancado el corazón.

4 comentarios

la lola -

depende del punto en que lo veas...
lo importante en ambos casos es que ... no te pertenece

San -

A veces el perder el corazón no es tan desalentador como intentar recuperarlo sin exito

tato -

no pues que chido esta tu pagina y pues se nota mucho las fotos pero con dibujos de nose que ajajaj como que te tranquiliza la hoja bueno saludos

San -

snif...